miércoles, 18 de febrero de 2009

El CESAR "Del RePartO Al ProTagoNisMo En El EsCenaRio EcOnoMico NaciOnal"


Colombia, país rico en recursos básicos, bendecido a través del campo, sufre constantemente a causa de las heladas, los insectos y demás factores que ponen en “jaque” el sector agropecuario.
No obstante, este país hasta hace poco visionó un nuevo ámbito en el que también se podía desarrollar: LA MINERÍA, una de las actividades económicas más importantes en algunos departamentos del país.
La evidencia muestra que la especialización en este sector ha generado una importante contribución no solo al crecimiento económico de los Departamentos donde se ejerce, sino también a los recursos públicos a través de los ingresos percibidos por concepto de regalías.
Carbón, oro, níquel, cobre, cuarzo, flúor, estaño, fósforo entre otros minerales son los que más se explotan en Colombia, sin embargo la cantidad en la que esta actividad se da todavía no se asemeja a aquellas dadas en otros países, tales como: Chile, China y Australia.

El Departamento del Cesar no ha permanecido ajeno a la especialización de la minería antes indicada, de hecho el desarrollo de este sector ha incidido proporcionalmente en la configuración de una nueva estructura económica, Luego de que colapsara hacia los ochenta y parte de los noventa aquel orden financiero que se cimentaba en producción de algodón.
Estuvimos subsumidos en una severa crisis como consecuencia de la caída estrepitosa de la bonanza algodonera, pero el oscuro panorama que se vislumbraba vino a ser despejado a mediados de los noventa debido al aprovechamiento de los recursos del subsuelo y, particularmente, a la explotación de los yacimientos de carbón existentes en la Eco – región Valle del rio cesar.

Así las cosas, la explotación carbonífera del Cesar comenzó ha crecer a un ritmo acelerado, y como consecuencia de ello dinamizo la minería a nivel nacional, hasta el punto que hoy figura como el segundo producto colombiano de exportación. Durante el período 1988 – 2006, la producción colombiana de carbón creció al 40%, alcanzando las 66 millones de toneladas en 2006. Por su parte, la producción Cesarense creció al 96%, logrando una cifra record con la extracción de 31 millones de toneladas en ese mismo año. Es decir, que el Cesar produjo el 47% del carbón colombiano en 2006.

“El presente nos deslumbra”. Las exploraciones efectuadas por distintas Empresas Mineras demuestran que en el centro del departamento, lugar donde se ejerce esta actividad, existen reservas biológicas superiores a las 3088 millones de toneladas, de las cuales el 80% corresponde a las reservas medidas y el resto a las reservas indicadas, con una producción explotada de 195,9 millones de toneladas.
Los yacimientos más importantes están ubicados las zonas de calenturitas, el Descanso, Guaimaral y el hatillo, en las que se encuentran la mayor parte de las reservas aludidas.

Sumado a lo anterior, en el año 2008 la Empresa Minera DRUMMOND LTDA. Hizo extensiva la noticia al País, a través de su Gerente el Dr. Agusto Jiménez, de un Colosal hallazgo de gas metano en tierras Cesarences. Luego de que 5 años atrás la compañía de Origen estadounidense hubiese solicitado la concesión para la exploración de gas metano asociado con el carbón, dicha indagación arrojo como resultado la existencia de reservas de 2,3 trillones de pies cúbicos, lo cual viene a ser bastante significativo para el futuro Minero y energético del país, teniendo en cuenta que las reservas nacionales se estiman en los 5,6 trillones de pies cúbicos, y que este hidrocarburo alcano es más puro que el gas natural, sirve para uso domiciliario e industrial y tiene una demanda creciente en el mundo.

Las estadísticas generan la percepción de que el Departamento del Cesar tuvo un buen comportamiento económico en el periodo comprendido entre 1990 – 2008. En efecto, la tasa real de crecimiento promedio anual del PIB Cesarense siempre fue mayor a la observada en el país, verbigracia: mientras la economía colombiana registró una tasa de crecimiento X durante el período mencionado, la tasa de crecimiento del cesar era 1.6 veces en promedio más que la nacional. Sin embargo la bonanza minera ha generado situaciones que a nuestro juicio requieren de mucho cuidado y a demás que se adopten políticas publicas bien estructuradas para que esto no conduzca a dificultades.
-Por una parte, el Censo Realizado por el DANE en 2005 dejo entrever que con respecto al Desarrollo Social medido a partir de las Necesidades Básicas insatisfechas (NBI) y las tasas de Analfabetismo estamos por encima y por debajo, respectivamente, del Agregado Nacional.

-Por otro lado la realidad Jurídica muestra que los dineros recibidos por regalía no son proporcionales al impacto y la creciente producción de carbón en el Cesar. La ley 141 de 1994, mejor conocida como la Ley de Regalías, preceptuó en sus arts. 51 y 52 los límites impuestos a las participaciones en las regalías provenientes de la explotación de carbón a favor de los departamentos y los municipios así:
Por las primeras 18 millones de toneladas metricas los departamentos y municipios productores recibirian una participación del 100.0%; por Más de 18 y hasta 25.5 millones de toneladas metricas 75.0%; si se trataba de Más de 21.5 y hasta 25 millones de toneladas un 50.0%; por último se contemplo que si se producían Más de 25 millones de toneladas metricas se obtendría una participación del 25.0%.

Cabe aclarar que el 28 de junio de 1994, fecha en la que se aprobó la Ley 141 o Ley de Regalías, en Colombia se producían unos 22 millones 665 mil toneladas de carbón, de las cuales el Departamento de La Guajira aportaba 16 millones 605 mil toneladas del mineral, y se consideraba la mina del Cerrejón Zona Norte como la mina de Carbón a Cielo abierto más grande de Latinoamérica, mientras que el Departamento del Cesar a penas alcanzaba 1 millón 815 mil toneladas, es decir, el 8 por ciento de la producción nacional de carbón. En ese entonces los legisladores de la época veían como remota la posibilidad de que un departamento alcanzara la producción de 30 millones de toneladas y mucho más remota la posibilidad de que Colombia llegara a los 100 millones de toneladas al año, lo cual hoy estamos muy cerca de alcanzar.

Lo cierto es que desde el año 2003, año en el cual se superaron las 18 Millones de toneladas del mineral (ver Grafico 1), el tema del escalonamiento, comenzó a ser lesivo para la inversión social del Cesar, puesto que los ingresos captados por concepto de regalías vinieron a mermar, toda vez que en virtud de lo contemplado el Art. 51 de la Ley 141 de 1994 la participación porcentual del departamento en las regalías del carbón producido en su circunscripción se redujo al 25%.

COMPROMETIDOS PARA CONSTRUIR UN FURTUO JUNTOS
Tal como lo señala Jaime Bonet, Reconocido Economista adscrito al Centro de Estudios Económicos Regionales (CEER) del Banco de la República, El gran reto de la economía del Cesar en los próximos años es evitar lo que se ha conocido en la literatura internacional como la maldición de los recursos naturales. La idea central de este argumento es que la explotación de recursos naturales no renovables ha sido asociada con bajos niveles de desarrollo, donde se genera un aumento en los precios de los bienes no transables por la entrada masiva de capital extranjero. Este sector está muy asociado a la volatilidad de los precios de los productos mineros en los mercados internacionales, lo que resulta en una irregularidad en los ingresos y, por ende, un manejo difícil en el campo fiscal. De igual manera, se generan despilfarros de los fondos generados durante las épocas de bonanzas, lo que complica aún más la estabilidad fiscal.

No debe olvidarse que la actividad minera está ligada a la extracción de recursos que no son renovables y tienen eslabonamientos muy débiles con los otros sectores de la economía, por lo cual estimamos conveniente la constitución de otros activos para un desarrollo sostenible, que compense la pérdida de activos generadas por la explotación minera, debe guiar las políticas públicas del departamento y los municipios afectados. No se trata de descartar un desarrollo basado en minería, sino de destacar la importancia de la correcta administración de los ingresos mineros.

Se debe propender por no repetir la historia de otros departamentos colombianos. Ya se conoce la experiencia de La Guajira, Casanare, Arauca o Sucre, los cuales, a pesar de los grandes recursos provenientes de regalías, son territorios con unos bajos niveles de cobertura de los servicios básicos. Su alto producto por habitante no se refleja en su ingreso, ni en su nivel de vida y bienestar. Gran parte de este resultado está asociado al desgreño y mal manejo administrativo. No debe olvidarse que la articulación fiscal debería ser uno de los principales vínculos de la minería con el resto de la economía. El adecuado uso de estos fondos será un aspecto clave para potenciar el impacto positivo del sector minero en la economía local.

Consideramos que los gobiernos departamentales y municipales deben involucrarse en el desarrollo de grandes proyectos de inversión en su territorio, evitando el despilfarro de los recursos en un gran número de proyectos pequeños que no generan un impacto agregado significativo. Se deben definir grandes proyectos de inversión departamentales que forjen beneficios claros en el mediano y largo plazo.

Un punto fundamental en la inversión pública es el fortalecimiento del capital Humano cesarense. En este elemento hay tres aspectos claves:
Saneamiento básico, salud y educación. Se deben alcanzar los niveles de cobertura plena en saneamiento básico: acueducto, alcantarillado y manejo de residuos sólidos, así como la prestación adecuada de éstos. En cuanto a educación y salud, se deben adelantar programas encaminados a lograr también la cobertura total de la población Cesarense. Finalmente, sería conveniente incrementar los niveles de calidad de educación del departamento, con el fin de generar una fortaleza en el departamento a través de una recurso humano altamente calificado.

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